Dolores from 10 to 10

Instalación multicanal con monitores CCTV | Blanco y negro| 2002

En el verano de 1997, en un viaje de investigación a Tijuana, México, conocí a Delfina Rodriguez, trabajadora de una maquiladora que había sido acusada por su empleador de intentar iniciar un sindicato en la planta. Para obligarla a renunciar, el gerente la encerró en un cuarto sin comida, agua, baño ni teléfono por doce horas. Ella firmo una carta de renuncia bajo presión, y, luego de ser liberada, demandó a su empleador por violación de sus derechos civiles. Su jefe le dijo al juez que estaba loca, que nada de eso había sucedido y que ella no tenia ninguna prueba. Sus compañeros de trabajos temían testificar a su favor. Yo estaba convencida que debían haber cámaras de seguridad grabando lo que sucedió mientras estuvo confinada. Dolores from 10 to 10 es mi interpretación de lo que las cámaras vieron.

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